20 de marzo de 2015

el tiempo, mágico y con mayúscula, del recreo, un tiempo sin tiempo que ha situado siempre mi labor en una edad de oro primigenia, lejos del tiempo que nos va matando


# la palabra egipcia ang significaba a la vez vida y flor. Dar flores equivalía a dar vida. # Los egipcios adoraban las flores. En sus templos cultivaban jardines, y su flor más sagrada era la del loto. # Veían que de noche se cierra y se sumerge en el estanque, y de día flota y se abre. ¡Como el sol, que muere y resucita! Oler la flor de loto era conectarse, por magia simpática, a ese ciclo inmortal, a la inmortalidad. Eran sutiles observadores de la naturaleza y veían que la vida muere y renace.

# La "tabla del aprendiz", pizarrín de madera estucada sobre la que los aprendices de escriba practicaban sus jeroglíficos y dibujos, rascando. Y conserva un retrato frontal de Hatsepsut. ¡Es una pieza única!

# La fertilidad propiciada por el Nilo atrajo allí a pueblos de África y Asia. Tanta densidad demográfica precisó de organización: surge el primer rey, Narmer, y la escritura, imprescindible para administrar un reino. # Sí, sucedió unos 3.300 años antes de Cristo..


# A mí lo que me atrajo fueron los textos, no las imágenes. Aunque aparte de lo científico reconozco que la egiptología tiene algo de aventura, y de sueño infantil.

# No, en realidad sueño con poder seguir trabajando, con mantener mi equipo. Están los tiempos muy difíciles. Una de mis restauradoras lo ha dejado y se ha hecho profesora de Pilates.

José Manuel Galán