21 de marzo de 2015

el polvo del Sáhara fertiliza el bosque amazónico

Tenía diez años cuando vi mi primer espectáculo de títeres tradicional. Tenía diez años cuando me enamoré de "Mubarak", un amor que perduró más de medio siglo y todavía llena mi cabeza y mi ser.
Tenía veinte años cuando, movido por esa pasión, exploraba cada calle, cada rincón de Teherán buscando a los ancianos artistas, cansados y arrugados, con el fin de devolverles a la vida e introducirles en círculos artísticos y clases universitarias, con la esperanza de que otros se enamoraran también de mis ídolos.
En dicha época, creía ser el único apasionado en el mundo, pero, rápidamente, me di cuenta de que no, y viajé a los cuatro vértices del mundo con el fin de descubrir la fascinación general por el títere, reuniones de amantes del teatro de títeres, en cualquier rincón, de Italia, del Reino Unido, de la India, China, Rusia, Estados Unidos, Francia, Alemania y más allá.
Me quedé extasiado descubriendo que no solo yo no estaba solo, sino que era solamente uno entre millones de seres que aman el títere, lo mismo que "Mubarak" es sólo uno entre decenas de marionetas que, desde hace siglos, utilizan la comedia y el sarcasmo para transmitir esperanza y provocar una sonrisa en las caras de hombres, mujeres, niños, que con demasiada frecuencia se veían paralizados por el miedo, la pena en un mundo lleno de guerras, pobreza, violencia y necesidades.
Sin embargo, no necesité mucho tiempo para darme cuenta de que mis colegas de la gran comunidad de las artes teatrales, miraban al títere por encima del hombro, con desprecio, considerándose ellos mismos, y su estatus, demasiado importantes para formar parte de su mundo.
Fue entonces que me convertí en un defensor a ultranza de mi querido arte, como un guerrero protegiendo un tesoro, y decidí dedicarle mi vida tanto al títere como a lo desconocido.
Es durante ese periodo que me encontré apreciando cada vez más el títere, como un idioma tan vasto y profundamente innato como nuestra capacidad ancestral para la alegría y la tristeza, la melancolía y la felicidad.

Behrooz Gharibpour
"Rutas de Polichinela" del 13 al 29 de marzo se podrá ver en Alcalá de Henares esta muestra que reúne 90 marionetas