1 de abril de 2014

como con Apu, el mágico estudio del dolor y al poco rato el mágico estudio de la felicidad

Las estaciones de Pelechian. Pelechian es un cineasta armenio que hizo películas más o menos desde los años cincuenta hasta los noventa, nunca largometrajes, películas que no sé muy bien cómo describir, él tiene su propia teoría del montaje, el montaje a distancia lo llama, pero así de entrada cuando se ven es como si fuesen un canto, películas sin historia, acciones, lugares, rostros... Esta en la que pensé es una película de 1972, son planos de la vida de campesinos y ganaderos en algún lugar, quizás Armenia, planos de movimiento, bajadas de ríos y de colinas nevadas o terrosas con ovejas en los brazos, el cruce de un río con ovejas y caballos, una boda, un movimiento constante, con una carga quizás metafórica, no sé, de las metáforas nunca me entero, quizás no. Hay en la película tres frases, nada más tres rótulos, "estoy cansado", "imaginamos que en otro lugar es mejor", lo que hay es sobre todo ese movimiento, muy bello, y algo de sonido, y música, y ovejas y hombres y cuestas abajo sin fin. Y quizás por ese movimiento constante, y porque es una de esas películas que le cambian a uno la respiración, aunque no sé si luego es fácil hablar de ella, quizás por eso pensé en ella, una especie de emoción muy directa.

El chico ciego es un corto documental que hizo Johan van der Keuken a mediados de los sesenta, en Holanda, en una escuela para chicos ciegos. Son una serie de secuencias, cada una con su propia forma, que se centran en cosas más o menos precisas: qué es no ver, ver con las manos, correr sin ver, caminar por la calle, oír música, cantar... Se trata de ver cómo son esos chicos, que son diferentes de Van der Keuken, claro, porque él es ante todo un ojo, una cámara que mira. Ver a través de una cámara para intentar comprender y por el encuadre y el montaje dar la forma de esa mirada. Porque hay en la película una voluntad formal muy fuerte, como si el trabajo del cineasta para comprender fuese ese, el de conseguir encontrar la forma adecuada. Supongo que si pensé en ella, aparte de porque es una película de la que guardaba un recuerdo fuerte, es por esa forma rápida y concentrada de van der Keuken de responder a porqué el cine, qué es lo que podemos ver gracias a él que no veríamos sin él. Añado que era una de sus primeras películas, y hay algo de esa energía del que empieza y lo prueba todo.