13 de marzo de 2012

la frontera y la huida: la inquietud de Ana Barbadillo



Abisinias también algunas voces que se empeñan en no encontrar tiempo para hacerse leer u oír. Lo que ganan: la maduración de la palabra como fruto natural, el silencio que se atreve (incluso al silencio). Algunos poemarios a punto de ser abandonados los ves que huyen y ¿hacia dónde? Es su momento más delicado. Ya bautizados, tenemos tantas ganas de darlos a la luz. Así, en su penúltimo estadio, quizá La Inquietud estaba huyendo.

En febrero tuvimos ocasión de preguntárselo a la autora a través de los encuentros Super8:

¿Hacia dónde ha huido este poemario? Porque creí que ibas a hablar de tiempo, de lo cósmico, del origen de la vida; pero hay unas manos al final. Yo percibía como lectora que me faltaba información: Ese mirar con nostalgia por no. ¿Por no qué? Me preguntaba si esto sería por un distanciamiento objetivo o desde la huida, por no haberte atrevido a acercarte más en tu indagación interior.

Me decía Cristina Doal que no podía acabar su poemario porque había un resquicio. No sabía desde dónde mirar la grieta. Te quedas mirando la grieta… Yo estoy trabajando en la cerradura. Te quedas mirando hacia dentro, y esa grieta ya es cerradura.
Subir
sortear
uno a uno
los peldaños
para adentrarme
hacerme toda savia
dentro de este coloso
eterno, me aferro con manos y pies
me araña, no deja que concluya ni desemboque.
Tan distante apunta la realidad que se divisa allá entre las copas    d e t e n i d a.
me araña, no deja que concluya ni desemboque
eterno, me aferro con manos y pies
dentro de este coloso
hacerme toda savia
para adentrarme
los peldaños
uno a uno
sortear
subir

Prodigio en este libro el poema duplicado. Yo no me doy cuenta de la duplicación. ¿Cómo es posible?
Intermitente reflejo que se pierde
detrás del espejo que se pierde
detrás del espejo que se pierde
detrás de un espejo en el que se pierde
el aleteo de un colibrí.

Se ha detenido la imagen en la inquietud,
frontera que frena la gravitación,
la huida de nuestros antepasados.

En el interior de un abrazo el tiempo se detiene. Durante el abrazo, uno puede ofrecer una resistencia. ¿Sigo o retrocedo? Sigo. En el aleteo de un colibrí estaba el movimiento después de entregarse al abrazo. En todo el poemario, se da un movimiento natural para salir de la quietud (y no por evasión), que has lexicalizado en el título, donde In es hacia dentro.

eva chinchilla comenta la escritura de ana barbadillo -anotó Gemma