29 de enero de 2015

la más mínima mutación en las personas cuenta

# la política clásica propaga el desierto porque está separada de la vida: se hace en otro sitio, con otros códigos, en otros tiempos, etc. # la revolución sería, por el contrario, un proceso de repoblamiento del mundo: la vida aflorando, desplegándose y autoorganizándose, en su pluralidad irreductible, por sí misma.
Como propuesta política, el CI llama “comuna” a la forma en la que podría darse ese despliegue autoorganizado de la vida. La palabra francesa “comuna” tiene al menos dos sentidos (además de la evocación histórica, bien importante): un tipo de relación social y un territorio.
La comuna es, por un lado, un tipo de lazo. Frente a la idea del liberalismo existencial de que cada cual tiene su vida, la comuna es el pacto, el juramento, el compromiso de afrontar juntos el mundo.
Por otro lado, es un territorio. Son lugares vivos donde se inscribe físicamente un cierto compartir, la materialización de un deseo de vida común.
# se construye ahí donde uno está, desde lo que hace la vida relevante, desde las relaciones que hay, recombinando los saberes existentes, desde donde cada cual tenga puesto el cuerpo, el deseo y la atención. Se trata de politizar la vida, no de “movilizarse”.
# se componen, se conectan, se comunican, se cruzan, cooperan y colisionan entre sí, sin articularse en una fantasmática “unidad”, sino manteniendo siempre su autonomía y su pluralidad; tan irreductiblemente plurales como lo son las formas de vida sobre la tierra.
# el problema de la organización es, por tanto, el problema de pensar cómo circula lo heterogéneo, no cómo se estructura lo homogéneo. El desafío de inventar formas y dispositivos de traducción, momentos y espacios de encuentro, lazos transversales, intercambiadores, ocasiones de cooperación, etc.
# la “organización” más importante es, finalmente, la vida cotidiana misma, en tanto que red de relaciones susceptible de activarse políticamente aquí o allá. Cuanto más densa es la red, cuanta más calidad tienen esas relaciones, mayor es la potencia política de una sociedad.

Amador Fernández Savater en www.pressenza.com